Privacidad y Políticas Públicas
Oportunidades y riesgos de la biometría
09/11/2015
Por Yasodara Cordova | #Boletín12
«El registro de semen se inauguró hace solamente dos años y las tasas de resolución de crímenes de estupro contra niños aumentaron más de 50%. Según la Policía Federal, que celebra el hecho de que cada persona de sexo masculino en edad reproductiva del país hoy tiene su semen registrado, la acción del Estado, en conjunto con organismos internacionales, para cohibir las altas tasas de crímenes de violencia contra mujeres y niños ha tenido un éxito absoluto, ya que la identificación directa del semen es una prueba irrefutable del crimen, punido con pena de muerte en Brasil desde inicios del 2016.»
El trecho anterior, que parece extraído de una obra ciencia ficción barata, podría ser realidad hoy, y en parte ya lo es. El registro biométrico del ciudadano es una realidad en varias circunstancias, que van desde el voto hasta un simple paseo en autobús.
La identificación tiende a ser una condena previa. Hoy, la carga de la prueba es del acusador, o sea, si te robaron y quieres acusar a alguien tendrás que presentar pruebas. De lo contrario, eres tú el que puede terminar procesado. Con la biometría, una prueba es difícil de rebatir, pero nadie dice que la tecnología involucrada es inviolable. Así como las personas no tienen control de sus huellas digitales, que pueden falsificarse con silicona, entre otras técnicas, los datos biométricos también pueden falsificarse o utilizarse para fines fraudulentos. Además, si alguien comete un fraude con tu iris, para que puedas volver a utilizarlo como identificador, ¿sería necesario cambiarlo? Con la biometría, la opción de cambio no existe y es posible que alguien que tuvo partes de su cuerpo o ADN utilizados en crímenes de forma inadvertida pueda quedar manchado para siempre en algunos bancos de datos, causando problemas eternos para la víctima.
Y para pensar en un fraude de ese tipo no hace falta ir muy lejos. Imagina que alguien que quiera vengarse de otra persona utilice el semen para forjar una situación de estupro. La prueba irrefutable de la consulta al banco puede hacer que alguien sea condenado incluso sin una investigación más profunda. A pesar de que la solución parezca buena inicialmente por la seguridad que aporta, un banco de datos que registre el semen de todos los hombres de Brasil los convierte de inmediato en potenciales estupradores.
Un registro único basado en datos biométricos también es un problema para quien necesita esconderse. Testigos amenazados por redes de tráfico, por ejemplo, no tendrían la posibilidad de cambiar su identidad. Mujeres que se esconden en programas de protección a la mujer y niños que sufren violencia y sean testigos también tendrían problemas en asumir una vida normal sin poder esconderse por completo.
A pesar de todas las contras, el uso de la biometría como tecnología para la sustitución de contraseñas puede ser una salida para abandonar de una buena vez el uso de contraseñas. En casos como el registro de servicios de aplicaciones, por ejemplo, el uso de contraseñas vuelve a los sistemas mucho más vulnerables, ya que existe cierta incidencia de usuarios que establecen contraseñas peligrosas en sus logins. El uso de la biometría como tecnología de sustitución de contraseñas, en el caso de la autenticación en aplicaciones, puede ser una buena idea si los datos permanecen bajo los cuidados del usuario. Eso significa que el permiso para que alguien use los datos sería otorgado solamente por el usuario, en bancos de datos que no son centralizados en un único lugar, condicionados al uso de tecnologías como el cifrado de extremo a extremo, donde la «clave de los datos», que da acceso a la identificación del usuario, queda almacenada en el mismo dispositivo, de modo que la incidencia de ataques de tipo «man in the middle» y robos de contraseñas sería mucho más difícil.
Sin embargo, la implementación de servicios de biometría aliados a tecnologías que permiten que el ciudadano sea dueño y tenga el control sobre sus datos exige un debate más maduro. Un registro único, sin debatir la plataforma tecnológica sobre la cual se apoyará, puede ser la puerta de entrada para fraudes y para el enriquecimiento de unas pocas empresas, aquellas que tengan la infraestructura y el know-how, que serían contratadas para el servicio. Es preciso que los países discutan la tecnología que se adoptará para que la biometría utilizada por el Estado no se transforme en una herramienta de condena previa de los ciudadanos.
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